El repilo es un hongo extendido por casi todo el territorio nacional y este afecta a gran parte de nuestro olivar. Este hongo llega a instalarse en las hojas del olivo (presentándose en forma de manchas circulares y oscuras, o incluso más claras por el interior y rodeadas por un cerco amarillento) y, a la larga, puede llegar a producir una gran defoliación y perdida vegetal. Disminuyendo la productividad y debilitando la planta. Al tratarse de una enfermedad típica del olivo, si a cualquier agricultor se le pregunta por la primera enfermedad del olivar que se le pase por la cabeza, seguramente será el repilo.
Debido a su presencia en nuestros campos y a la dificultad del tratamiento, las medidas más típicas para combatirlo consisten en tratamientos preventivos en base a cobre, como vamos a ver a continuación.
Cómo aparece el repilo
Debemos de saber que se trata de un hongo muy fuerte. Resistente a condiciones difíciles y con una gran capacidad de propagación. Además, puede permanecer latente cuando las circunstancias no le son favorables. Se puede encontrar tanto en las hojas del suelo como en aquellas que aún no han caído y, aunque se puede reproducir durante todo el año, es más habitual encontrarlo en periodos de septiembre a noviembre y desde febrero a abril. Es por eso que, lo habitual suele ser aplicarle dos tratamientos para combatir su desarrollo.
Este hongo sobrevive en un gran abanico de temperaturas, pudiendo germinar entre los 8º C y los 24 ºC. Aunque la temperatura óptima para su máximo desarrollo y propagación se encuentra en 20 ºC. Es más habitual cuando el ambiente es húmedo, esta humedad será captada por las hojas y esto favorecerá su germinación.
No obstante, también existen diferencias notables en la susceptibilidad a la enfermedad según la variedad del olivo. Parece ser que las variedades más alejadas del tipo del olivo silvestre o acebuche (al parecer inmune) son las más propensas a ser invadidas por el hongo. Atendiendo a su susceptibilidad, se pueden agrupar las diferentes variedades de olivo cultivadas en España en las siguientes categorías:
- Muy susceptibles: Arbequina, Frantoio, Manzanilla, Picholine Maroccaine, Verdial.
- Moderadamente susceptibles: Cornicabra, Gordal, Hojiblanca, Nevadillo de San Martos, Picual.
- Poco susceptibles: Ascolano, Farga, Leccino, Nevadillo blanco, Sevillano, Zorzaleño.
Debemos saber que, en ciertos casos, los síntomas no son visibles, y es importante llevar un control antes de que se empiece a caer el follaje. Para ello, se utiliza el método conocido como «sosa«, que consiste en sumergir unas cuantas hojas en una solución de hidróxido sódico al 5% durante media hora aproximadamente. La aparición de motas circulares y más oscuras que el tono de la hoja determinará la presencia de la enfermedad.
Cómo prevenir el repilo en el olivar
En verano es un buen momento para empezar los muestreos y evaluar el nivel de infección. Puede que se observen hojas caídas o con las manchas circulares aunque un tanto más blancas debido a que serán de ataques primaverales que ahora estarán latentes. Como se ha comentado anteriormente, la humedad es un factor de riesgo para el desarrollo del repilo en el olivo. La niebla, el rocío o la acumulación en las hojas del agua de lluvia son suficientes para desencadenar el problema. Para evitarlo, es conveniente una buena aireación de la copa y facilitar la entrada de luz y el aire (mediante una poda adecuada). A continuación, estudiaremos como tratar este hongo desde dos puntos de vista; haciendo uso de tratamientos fitosanitarios y tratamientos ecológicos.
Tratamientos fitosanitarios para el repilo
Tan importante es identificar el problema como saber cuándo realizar el tratamiento y que productos usar para combatirlo. En este enlace tenemos un listado actualizado (por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) de formulados contra el Repilo. De igual manera, en nuestro software de gestión para el olivar se dispone de este listado entre otros productos autorizados para que al llevar a cabo una aplicación fitosanitaria esta sea anotada cómodamente para generar posteriormente el cuaderno de campo agrícola.
Dependiendo de la zona en la que se encuentra el olivar, hay que estar más atentos y realizar tratamientos cada vez que se produzcan lluvias en otoño o invierno. También es interesante realizar un tratamiento con base de cobre después de la poda para evitar así la entrada de hongos en los cortes producidos.
No olvidemos que muchos de estos tratamientos son preventivos y no curativos, por lo que la aplicación de los productos debe ser lo más efectiva posible. Hay que hacer hincapié en la parte baja del árbol (zonas bajas e interiores), donde se instala el repilo con mayor facilidad. Normalmente, es preferible hacer tratamientos preventivos contra el repilo después de la recolección y antes de la salida de nuevas yemas. Al llevar a cabo estos tratamientos de cobre se deben tener en cuenta algunos consejos:
- Tener en cuenta que no todos los productos fitosanitarios mezclan bien con los cobres ni otros productos nutricionales. Además, es importante seguir la dosis y plazos de seguridad marcados por el fabricante del producto.
- En verano el hongo tiene una actividad menor, esto es debido a la baja humedad y las altas temperaturas.
- La presión de trabajo en la aplicación foliar es recomendable que no exceda de 40 atm.
- Como ya se ha dicho anteriormente, es importante podar el árbol. Esto mejorará la ventilación del olivo y reducirá la proliferación del repilo.
- Los excesos de abonos nitrogenados, sean del tipo que sean, aumentan la probabilidad de desarrollo de la enfermedad, como ocurre con otros hongos e insectos.
Tratamientos ecológicos para el repilo
En la actualidad, muchos agricultores están apostando por el olivar ecológico. Es también cada vez más común el hacer uso de productos fitosanitarios pero mezclando estos tratamientos con técnicas ecológicas que ayuden a conseguir un producto final más natural. Dentro de las técnicas ecológicas, existen labores que reducen la capacidad de propagación del repilo. La buena ventilación del olivo, entre otras, es una tarea esencial para reducir la humedad en el interior del árbol y evitar que el hongo se desarrolle. De ahí que la poda sea muy importante para nuestro olivar.
Además, si nos encontramos en una zona muy propensa al desarrollo del repilo (por las condiciones ambientales del entorno) es buena idea seleccionar plantones con mayor resistencia al repilo, como hemos señalado con anterioridad en este mismo post.
Si nos dirigimos al REGLAMENTO (CE) nº 889/2008, sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos, en la página 37 en el apartado sobre «sustancias utilizadas tradicionalmente en la agricultura ecológica«, encontraremos los siguientes tratamientos preventivos a base de cobre:
Cobre en forma de hidróxido de cobre, oxicloruro de cobre, sulfato de cobre tribásico, óxido cuproso u octanoato de cobre.
A continuación, como requisitos de composición y condiciones de utilización señala que se trata de un fungicida indicado a 6 kg de cobre por hectárea y año. No obstante, los cultivos perennes (como es el olivo), podrán disponer que el límite de 6 kg de cobre pueda excederse durante un año determinado, siempre que la cantidad media empleada efectivamente durante un período de 5 años que abarque este año más los cuatro años anteriores no supere 6 kg.
Para terminar, decir que la realización de los tratamientos fitosanitarios en el olivar y en general, de todas las labores agrícolas, dependerán de la zona, de las condiciones climáticas y de las condiciones de salud en las que se encuentre la planta.
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