La agricultura ecológica es un sistema que trae facilidades a tu cultivo, más de lo que te piensas. Por un lado, colabora con la protección del medio ambiente, mejora los recursos naturales, el bienestar de los animales y el crecimiento de las comunidades rurales.
Además, respeta las estaciones y aprovecha al máximo los recursos propios de la región. Esto conlleva a que el suelo no sufra ni se produzca ningún tipo de daño en el entorno, tanto a los animales como al propio medio donde habitan. Y es por tanto, que las sustancias químicas (fertilizantes sintéticos, pesticidas, aditivos en los alimentos) se reducen de forma considerable.
¿Cuál es la diferencia entre orgánico, biológico y ecológico?
Son sinónimos. Da lo mismo que emplees un término u otro porque al fin y al cabo, conducen al mismo objetivo.
Cuando un cultivo se le denomina: orgánico, biológico o ecológico, suponemos que el agricultor está empleando recursos naturales para su producción, y en concreto, tiene cuidado con no dañar el área donde cultiva.
Qué necesita un producto agrícola para que sea ecológico
¿Sabías que la Unión Europea ha establecido una legislación en materia de agricultura ecológica?
En este caso, la prioridad es que los ciudadanos vayan incorporando el hábito de consumir productos más orgánicos en su dieta diaria.
Según datos estadísticos que aporta VSF Justicia Alimentaria, los consumidores españoles se alimentan en un 70% de productos precocinados y procesados, los cuales están compuestos de gran cantidad de sal, azúcares añadidos y grasas saturadas.
Como bien puedes observar en la fotografía, casi la mitad de la población española tiene sobrepeso u obesidad debido a la promoción y facilidad de consumir esta serie de alimentos poco saludables en el mercado.
Lo más alarmante de estas cifras es que la mayoría de personas que componen estos datos son niños y jóvenes, una edad muy temprana donde su organismo se está desarrollando, y donde los hábitos que aprenden ahora, van a determinar si a largo plazo les pasa factura o no.
Por otro lado, las decisiones de compra de los consumidores en general, paso a paso, van tomando dirección hacia un beneficio individual (más salud) y colectivo (cuidado del medio natural).
Cómo saber si es ecológico o no
Por lo menos, para que un producto sea ecológico tiene que figurar que el 95% de los ingredientes han sido producidos de manera natural (puede que en lugar de natural pongan ecológico). Esto es clave para fijarnos si la composición del producto es la que nos hacen creer.
Para que te quede claro definitivamente, te voy a contar un ejemplo que hoy en día se difunde bastante por redes sociales:
Si te dedicas al sector ganadero o conoces a alguien que sea su sector, sabrás que cuando vas a un supermercado con la intención de comprar embutido envasado, vamos a imaginarnos que quieres comprar jamón york cocido, si te fijas en los ingredientes que tiene este producto, verás que solo un 70 % (con suerte) es jamón. Los nutricionistas afirman que está cantidad es muy pequeña, por lo menos tiene que tener un 90 o 95% para considerar que este embutido es jamón york.
¿Qué recomiendan entonces? Comprar embutido en la carnicería de tu barrio.
Fíjate en este detalle para asegurarte
Lo mismo sucede con el resto de productos alimenticios. Para saber si un producto es ecológico o no, tienes que buscar una etiqueta que lo acredite. Hasta entonces, todos nosotros pensábamos que las etiquetas típicas de light, 0% azúcares o bajo en grasas, nos confirmaban que ese producto era más conveniente de comprar.
Han pasado ya muchos años y nos hemos dado cuenta que si, a lo mejor esa botella de coca cola cero no tiene azúcar como tal, pero han incorporado otros aditivos que a nuestro cuerpo no le conviene, e incluso llegando a ser peor que el mismo azúcar.
Por eso mismo, con la etiqueta certificada de producto ecológico o producto local, garantiza la confianza y la fiabilidad a tus clientes potenciales, que cada vez son más, y cuyos hábitos de consumo son además de saludables, son ecológicos.
9 ventajas que te aporta la agricultura ecológica
- Alta calidad. Al ser orgánico el producto conserva los nutrientes y minerales que sin embargo, las componentes químicos, reducen o eliminan.
- Colaboración con el medio ambiente. Fomentamos el cuidado del area de producción agrícola, más concretamente a la vegetación de alrededor, los animales que habitan y por supuesto el suelo.
- Fertilidad de la tierra (se cuida más la tierra), si pretendemos seguir cultivando, necesitamos un suelo sano.
- Uso natural, provienen de la naturaleza y directamente van al consumidor final.
- Alimentos nutritivos para el organismo, al final es lo que a nuestro organismo le gusta y necesita para un buen rendimiento diario.
- Más sabor, un factor importante para la experiencia del consumidor. Cuanto más sabor tenga tu producto agrícola mayor número de personas querrán tu producto y tus ventas subirán.
- Más cariño. Sobre todo cuando nos referimos a productos locales. Por lo general, preferimos consumir alimentos de nuestra tierra, ya que tenemos información cercana de sus productores y queremos colaborar con nuestra gente.
- Novedad. Venimos de una era industrial, en la cual el sector alimentario sigue a día de hoy industrializado. A la hora de hacer la compra, la reacción automática es ir a la gran superficie y comprar lo que haya allí. Sin embargo, poco a poco nos estamos fijando más en los valores y componentes, priorizando la calidad.
- Buena herencia a los agricultores que vienen después. Dejas un legado único a tus hijos o cualquier otra persona que va a poner esfuerzo y empeño en cuidar tu tierra.
7 desventajas que te encontrarás en la agricultura ecológica
- Contaminación biológica. Te hablo de bichos que pueden llegar a comerse todas tus plantas y dejarte sin ningún cultivo. Por eso mismo, no es posible que sea un cultivo 100% natural, eso sí, hay opciones para emplear productos menos dañinos para las plantas y la tierra.
- Plantar los alimentos en su estación. Con los invernaderos se puede manipular (por así decirlo) el clima que requiere una cosecha. Esto permite que puedas cultivar este fruto cuando a ti te interese y venderlo, sin tener que esperar tantos meses. No es el caso de la agricultura ecológica, en donde te tienes que adaptar tú.
- Esperar más tiempo a que florezca porque el clima, el sol y el estado de la tierra son los factores que intervienen en este proceso, recursos naturales que el ser humano no puede controlar normalmente.
- Se necesitan terrenos amplios para que sea rentable. Esto es por el motivo que ahora te explico. Aunque si quieres empezar a probar y experimentar por tu cuenta, no tengas muy en cuenta esta característica.
- Menor cantidad de frutos por lo mismo de siempre, porque no se manipula la producción. Aunque en la mayoría de los casos hay menos cantidad, por eso en la venta tiene un precio mayor, el fruto tiene un tamaño mayor que el que vemos en la gran superficie.
- Más trabajo. Tienes que estar más pendiente de los cuidados que necesita la planta. La atención es esencial en este punto.
- Algunos productos como los abonos es necesario que se sigan empleando fundamentalmente por los motivos que te he detallado anteriormente.
Si te dedicas al sector agrícola , tu materia prima son frutas, verduras, legumbres y cereales, por lo que te alegra que la mayoría de los consumidores se están concienciando sobre sus hábitos de consumo. Tú ofreces ese producto que están buscando, y como siempre pasa, el propio mercado se tiene que adaptar a las necesidades de sus clientes.
Las propiedades nutricionales se conservan en los productos de origen ecológico, además de apostar en la salud gracias a la calidad alimentaria, eres un agricultor que no solo mima su producto final, sino que también se preocupa por la seguridad en su zona de trabajo, con sus trabajadores y el hábitat.